Antes de hablar de las consecuencias de la pandemia en España, debemos saber de qué punto partíamos antes de la llegada del COVID.19. La crisis de 2008 no se ha terminado de corregir, en 2012 el Banco Central Europeo comenzó a regalar dinero “quantitative easing” para evitar el colapso del sistema financiero e incrementar la inflación -como también llevaba haciendo bastante tiempo la Reserva Federal (1) y el Banco de Japón-. Ahora, los bancos en España todavía tienen en sus balances activos inmobiliarios provenientes de la crisis anterior, que van vendiendo paulatinamente para reconocer las pérdidas en varios ejercicios.
Las medidas de quantitative easing consistían en la compra de activos financieros como bonos del estado y deuda empresarial en el mercado secundario. ¿A quiénes se les compraban los activos? Principalmente a bancos, porque así disponen de una mayor liquidez para conceder créditos y aumentar la actividad económica.
Estas medidas deberían haber conseguido un incremento de la inflación. Sin embargo, la subida fue mucho menor de lo esperado porque el aumento de dinero permanece paralizado en las reservas bancarias al no incrementar el crédito en la misma proporción. Más aún, al ir retirando paulatinamente esta compra masiva de activos, el denominado “tapering”.
Compras de activos del BCE
En miles de millones de euros

El argumento que se utiliza generalmente para decir que la inflación es buena en términos macroeconómicos es porque se produce como consecuencia de un aumento de la inversión y consumo. El aumento viene dado por un aumento de la capacidad adquisitiva tanto de familias como de las empresas. Por otro lado, las empresas productoras de bienes y servicios tardan en reaccionar y producir más, lo que crea inflación. Esto favorece a los deudores (siendo el deudor más importante el propio gobierno de los Estados Unidos y gobiernos de los países de la UE) y perjudica a los ahorradores. ¿Cuál es el verdadero motivo de que los banqueros centrales tengan como objetivo una subida de los precios? La deuda de los gobiernos se hace menor, cuanto mayor sea la inflación.
Actualmente se han puesto a disposición de los países de la UE los PELTRO u Operaciones de Refinanciación a Largo Plazo de Emergencia Pandémica, pero parecen insuficientes por la falta de liquidez del sistema.
Las economías europeas más abiertas al exterior serán las más castigadas por esta crisis sin precedentes: Italia, España y Grecia.
Ya se ve caramente que habrá sectores que se verán perjudicado -como la banca, los hoteles y restaurantes o comercios- Y sectores que se verán reforzados como los relativos a la tecnología (realidad digital, ciberseguridad, comercio online, formación a distancia), el sector sanitario, la economía colaborativa y el “pay per use”.
La economía española ha sufrido una desaceleración del PIB del 4% en el primer trimestre de 2020 -con sólo 15 días de parón económico casi total-, frente a un 3,8% de media en la eurozona.
En el tercer trimestre, la economía de los países de la zona Euro se recuperó mejor de lo esperado según las estimaciones de la Oficina Estadística Comunitaria, subiendo un 12,7% el PIB de la eurozona tras el fuerte descenso sufrido en abril y junio.
En particular, Francia y España han liderado el crecimiento este verano, marcado por la crisis del Coronavirus. Según el dato preliminar de Eurostat, España realizó una expansión récord del 16,7% del PIB.
Por sectores, los más afectados han sido y seguirán siendo los siguientes:
- El turismo -que representa un 15% del PIB- donde se prevé una caída de unos 124.000M€, es decir, una disminución del PIB cercana al 12%. Cabe señalar que, en el tercer trimestre, tras la reapertura parcial del sector turístico, se consiguió registrar un repunte en el que se recuperó casi el 60% de la actividad perdida durante la primea mitad del año.
- El sector de la automoción -que representa un 10% del PIB y emplea a un 15% de la población activa en nuestro país-. Se prevé una caída de este sector en torno al 30%, lo que supone una caída del PIB de otros 300 puntos básicos.
- El comercio es el tercer sector más importante para la economía y se prevé que cierren en torno al 20% de los comercios, lo que supondría una caída adicional del 2% del PIB.
- El sector de la construcción es el siguiente en relevancia, en el que se espera una caída del 35% motivada por un descenso de precios en vivienda y otros activos inmobiliarios de entre el 30-40%.
- Las exportaciones, donde se espera una caída del 8%.
En relación con estas fuertes caídas que se han venido dando desde el comienzo de la pandemia, el tercer trimestre del año ha sido un trimestre de cierta recuperación frente a la fuerte recesión experimentada. Así, según los datos del INE, comercio, transporte y hostelería crecieron un 42,5% respecto a las caídas del primer trimestre anterior.

Además, habría que tener en cuenta que el parón en la economía sumergida ha sido prácticamente del 100%. La economía sumergida en España tiene más incidencia en talleres mecánicos, transporte de mercancías, peluquerías, bares y restaurantes, empresas de limpieza, construcción y el sector agrario. Según el Secretario General de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, la economía sumergida en España representó en 2019 en torno al 25% del PIB.
Si la caída del PIB en 2020 supone un 20%, el PIB pasará de 1,25B€ a 1 billón. Sin embargo, como se ha expuesto anteriormente la caída podría llegar a ser mayor.
Gasto público y paro
Por otro lado, se está produciendo un aumento del gasto público vía subvenciones, ERTES y aumento de prestaciones por desempleo, aumento de gasto en sanidad y bajada de recaudación vía IVA, Seguridad Social, ITP, etc.
En torno al 40% de la población activa (23 millones de personas) está inactiva por distintos motivos: ERTES, paro o cese de actividad de los autónomos y PYMEs. Esto significa que, del total de población de España, sólo está trabajando actualmente un 30%, de los que un 6-7% son funcionarios públicos. En otras palabras, el 30% de la población sostiene al 70% restante.

Tanto la caída del PIB como la subida de la deuda pública, podría llegar a una ratio de 140%-160% en 2020. Esto provocaría la suspensión de pagos en 2021 y el rescate por parte de Europa. España no es el único país que podría llegar a pedir ayuda a Europa, ya que todos los países están sufriendo en mayor o menor medida las consecuencias nunca antes vistas de este parón económico casi total. Actualmente la deuda de la Eurozona supone el 50% del PIB y según Bank of America Merril Lynch podría llegar a finales de 2020 al 58% del PIB.
En términos comparativos, actualmente la Reserva Federal presenta un endeudamiento del 38% del PIB de Estados Unidos mientras que el Banco de Inglaterra llega casi al 50%, la Reserva Australiana apenas tiene un endeudamiento del 18% del PIB y el Banco de Japón presenta un 112% del PIB.
Este fuerte endeudamiento público en España podría llevar en el medio plazo a un aumento de impuestos, flexibilización del mercado laboral y contención del gasto público; aumentarían los impuestos como el IVA y el IBI, se retrasaría la edad de jubilación, bajaría el salario mínimo y se congelarían las pensiones o bajarían. Para el rescate de Grecia se bajaron las pensiones un 40% y se redujeron un 35% los salarios.
Todo esto podría llegar a desembocar en la necesidad de un nuevo sistema económico.
Francisco Camacho, Lali de Juan y Marta Clemente.